sábado, 31 de diciembre de 2022

Un brindis

 Las veintiún y cincuenta,
de un diciembre treinta y uno
de un año sin encanto,
de un año inoportuno...
¡Como tantos!

Con una botella oscura,
cuyo saber amargo
diluye las entrañas de mi locura
y mi habla es un letargo.

Y antes de las doce,
quiero alzar mi botella
por un brindis con goce,
por la persona aquella
que madruga seis días
y con resaca un día.

Antes de perder la elocuencia,
un brindis por ella,
que sin saber de mí,
me tiene al borde de la demencia.

Un brindis por ella,
por su libertad,
por su pasión
por si libre albedrío.