sábado, 14 de noviembre de 2009

La mirada al mundo

Actualmente vivímos en un mundo donde más abunda son hombres llenos de maldad que se destruyen entre sí mismos, hombres que sólo piensan en como defenderse y como derrotar al enemigo, pero nadie piensa en los futuros habitantes del mundo, es decir, en los niños.

Si desde pequeños educamos a los niños y niñas ya sean hijos (as) nuestros o no lo sean. Hoy en día vemos únicamente tinieblas que ya no nos dejan ver lo bello que es el mundo y saben que es lo que más duele... Que dañamos la inocencia del niño, ellos no saben lo que hacemos, viven porque lo tienen que hacer, sueñan porque quieren descubrir un mundo hermoso; pero lamentablemente les estamos dejando maldad, corrupción, odio y no damos lo que ellos necesitan para seguir creciendo, amor, escucharlos, ayudarlos.

EL planeta Tierra cada año más se está destruyendo, día a día llenamos cada espacio de este triste mundo de odio, codicia, envidia. Nos preocupamos más para llegar a ser una sociedad desarrollada, una sociedad competitiva, pero en verdad lo que deberíamos de dedicarnos a hacer una sociedad que mutuamente colabora con el mundo llenando de amor a toda aquella mala persona que lo único que necesitan es ser escuchadas.

El mundo es bello, es hermoso el lugar que Dios nos dejó para que vivieramos nosotros, nuestras generaciones, pero, desgraciadamente nos ha ganado lo que es la codicia, una ambición tan mala que lo único que queremos es ser los más poderosos de este mundo. No se trata de ser hombres ambicioso de mal manera, este mundo fue hecho para que los humanos viviéramos armónicamente con nuestro prójimo y darle la gloria al Creador.

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