¿Qué es de nosotros?
cuando nos ignoramos
frente a las otras personas.
Cuando fingimos un leve saludo.
¿Qué pasa por tu mente?
Cuando me miras en el otro extremo,
distraído y sin idea de tu presencia.
Sé que buscas una razón para acercarte.
¿Qué es de nosotros?
en ese instante,
cuando nuestros ojos
no se miran y solo ven los labios.
¿Qué es de mi sensatez?
cuando caminas despacio,
como si caminases entre nubes
y muero por abrazarte de sorpresa.
¿Qué será de nosotros?
cuando la locura sea incontrolable
y sin razón, gritemos al mundo
este silencio de amor,
que hoy por hoy, es el nudo en la garganta.
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
sábado, 8 de agosto de 2015
Una llamada
Aún sigo aquí,
esperando como siempre
algo que jamás pasará;
que nunca volverá.
Cada día reviso mi celular
y en ocasiones me siento;
lo observo detenidamente,
en silencio y sin parpadear.
¿Qué es lo que espero?
Preguntan mis amigos;
cuestiona mi familia.
Una llamada, respondo sin verlos.
Esa llamada que nunca
hará sonar mi celular,
la espero cada sábado
cuando el reloj marca las 17.
Espero volver a oír una voz
que ya no dirá mi nombre,
ver una sonrisa que grabé
y que el mundo apagó.
Es esa llamada que me inquieta,
que a veces me hace soñar
dormido o despierto,
pero anhelo oír el timbre del celular.
Y antes que el sol despida
un día más sin esa llamada,
miro al cielo con esperanza
que algún día le volveré a oír.
esperando como siempre
algo que jamás pasará;
que nunca volverá.
Cada día reviso mi celular
y en ocasiones me siento;
lo observo detenidamente,
en silencio y sin parpadear.
¿Qué es lo que espero?
Preguntan mis amigos;
cuestiona mi familia.
Una llamada, respondo sin verlos.
Esa llamada que nunca
hará sonar mi celular,
la espero cada sábado
cuando el reloj marca las 17.
Espero volver a oír una voz
que ya no dirá mi nombre,
ver una sonrisa que grabé
y que el mundo apagó.
Es esa llamada que me inquieta,
que a veces me hace soñar
dormido o despierto,
pero anhelo oír el timbre del celular.
Y antes que el sol despida
un día más sin esa llamada,
miro al cielo con esperanza
que algún día le volveré a oír.
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