miércoles, 20 de enero de 2016

Amanecer

El sol besaba la cumbre de las montañas
y acariciaba tu cuerpo con sus rayos,
la ventana se quedó entreabierta;
como si el alba te quisiera robar.

Yo, sentado a la orilla de la cama;
observándote delicadamente,
sintiendo como mi alma queriá salir
y reposar en cada centímetro de tu piel.

Y el sol continuaba llenando tu piel,
pintándola de oro, acariciándote lento.
La brisa arrebata contra las cortinas
y hacen que tus cabellos bailen.

El timpo pasaba, en una milésima de segunda.
Mis ojos se enamoraban de ti,
de tu rostro dormido reflejando paz;
de tu cuerpo escondido entre sábanas
y de tu silencio entonando el amor en el amanecer.

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