Hoy te vi caminar,
ibas seria, con la mirada fija.
Vi como tu mirar
reflejaba mucha prisa.
Hoy te vi en la tarde;
cuando las aves cantan,
cuando las aves se encuentra.
Hoy te vi en el atardecer.
Cuando el reloj marcaba las seis
o ya pasaban de las seis, no me fijé.
Pero, hoy te vi, ibas como siempre.
Hermosa, risueña y radiante.
Vi como cruzabas la calle,
sin desprender la atención a tu celular.
Sé que no era por mí,
sé, que desde hace tanto que no soy yo.
Hoy te vi, y eso me hace feliz.
Que si ya no somos,
que si nunca fuimos
no importa, hoy te vi radiante.
Caminabas en solitario,
sin compañía de tus amistades.
Tuve la inquietud de ir tras de ti;
pero la impotencia me traicionó.
Hoy te vi radiante, como enamorada.
Te vi, te volví a ver y me percaté;
que no importa el silencio, ni el tiempo;
y aún mi corazón se emociona al sentirte.
Que mi piel aún te añora
y que mi alma, se fue contigo desde aquella vez.
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
jueves, 26 de mayo de 2016
martes, 17 de mayo de 2016
La llamada.
Y tal vez el teléfono nunca suene;
que jamás vas a llamar a casa.
Que nunca sabré si te fuiste,
o que nunca estuviste.
A lo mejor, no vas a llamar
pues encontraste un amor,
te encontraste algo mejor
y eso te hace no marcar.
Nunca harás esa llamada,
la que tanto he esperado;
la que no me deja dormir,
la llamada que no llega.
Tal vez aún como tonto,
sigo creyendo tus palabras;
en tus promesas vacías,
en tus juramentos muertos.
Y a lo mejor jamás vendrás,
yo sigo aquí, dejando todo pasar
para estar listo en tu regreso.
Tal vez nunca vas a llamar.
que jamás vas a llamar a casa.
Que nunca sabré si te fuiste,
o que nunca estuviste.
A lo mejor, no vas a llamar
pues encontraste un amor,
te encontraste algo mejor
y eso te hace no marcar.
Nunca harás esa llamada,
la que tanto he esperado;
la que no me deja dormir,
la llamada que no llega.
Tal vez aún como tonto,
sigo creyendo tus palabras;
en tus promesas vacías,
en tus juramentos muertos.
Y a lo mejor jamás vendrás,
yo sigo aquí, dejando todo pasar
para estar listo en tu regreso.
Tal vez nunca vas a llamar.
domingo, 1 de mayo de 2016
Mayo (Fragmento)
Recuerdo aquella tarde,
el cielo empañado, triste,
en escala grises.
Pintaba tarde de melancolía.
Y hoy, un año después,
365 días; tantas semanas.
Exactamente fue esa tarde
cuando tu aroma me hizo suyo.
Esa tarde de mayo,
el gris oscuro del cielo
se tornó en policromía
que deleitaron mi alma.
Como cuando tu aromase
encarnó en mi piel;
cuando el néctar de tus labios
saciaron un alma en sed.
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