Estoy sintiéndome solo;
de esa soledad que mata.
Donde me acompañas,
y abandonas mi alma.
Es esta soledad de frialdad,
es el abandono que duele.
Ese en el que estás en cuerpo,
pero no en espíritu.
¿No ves que me estoy muriendo?
Mi alma se marchita en tus silencios;
se ahoga en esos gritos de atención.
¿No ves que estamos distantes?
Cada nuevo día despierto intrigado,
si es bueno o es malo; si hablarte o no.
Pero, siempre despierto con la fe
de que tu amor por mí renazca.
¿No ves que cada minuto nos perdemos?
Que la indiferencia de tus palabras,
el mutismo de mi caprichosa razón;
la indignación de mis respuestas[...]
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
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