domingo, 18 de octubre de 2015

Querida soledad

Hoy te vuelvo a escribir;
tal vez un poco más herido,
tal vez con más sentir.
O también, más fortalecido.

Y esta noche que me acerco
no es por despecho,
o por quejarme de tu frialdad.
Esta noche es para amarte.

Dicen que el amor es libertad,
tal vez por ello siempre se van.
ëro quiero amarte, ¡Oh soledad!
para que te quedes conmigo.

Sos duradera, soledad.
Nadie niega que seas duradera.
Pero estar solo, muchas veces,
es la cura que el amor no da.

Querida soledad,
sos el infierno del deprimido;
la compañera del pasajero
y el miedo del enamorado.

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