miércoles, 14 de enero de 2015

La Visita



Una noche fría, más fría que las anteriores; más airosas que los últimos meses. Era una noche, donde la oscuridad cubría completamente a los aldeanos. La luna había decidido ocultarse entre las nubes y junto a ella estaban las estrellas; mismas que prefirieron esconderse en la infinidad del universo.

Caminaba Joaquín, con los pies arrastrando y cabizbajo; solo observaba al suelo, perdido, indagando en un sinfín de pensamientos. ¿Cómo lo sé? Sus ojos lo delataban cuando quiso saludar, una sonrisa fingida acompañó una mirada sin ánimos.

Joaquín recorría un atajo que apuntaba a las arenas del Río El Olvido. Sentado en las raíces de una ceiba, lanzaba rocas a las aguas. Y guardaba junto a él un espacio, cuya parte perteneció la humanidad de su amada, de aquélla mujer que tanto amó en esta vida y que bajo las hojas de esa misma ceiba le juró amor más allá de esta vida, más allá del límite del espacio.
 
El viento cubría los espacios de aquella rivera que bañaba las orillas de la aldea Eternidad. Joaquín queda vencido tras el largo día que pasó, otro largo día como el de tantos que ha pasado desde la tragedia. La noche se puso más helada, y el frío empezó a sentir el cuerpo de Joaquín, temblando en la triste soledad, se junto más a las raíces del árbol y protegió sus manos en las bolsas de su pantalón.

Una brisa tibia sopló en un momento, y acarició el semblante de Joaquín. Una sonrisa, de esas que se habían borrado de su rostro reapareció.  Un gesto de alegría provocó que sus manos salieran de las cálidas bolsas de su pantalón y froto sus brazos, ¡cómo quien siente un abrazo!

La luna salió a alumbrar la media noche, valientemente, su luz era más radiante que lo recordado. Las nubes que opacaban el cielo se fueron diluyendo en instantes. Y las estrellas, con luz intensa, adornaban el cielo obscuro de aquella desvelada.
  
A la mañana siguiente, Joaquín, demostraba una viveza en sus miradas. La sonrisa volvió a estar presente en su jovial aspecto. Se rumora, que un alma muy especial vino desde muy lejos a enseñarle que su amada vive en cada estrella; en toda sonrisa que él regalara a las personas.

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