Intenté robarte un beso;
temblé con sólo pensar
la picardía de mi mente,
la necesidad de mi ser.
Tus labios de color rosado,
de viveza y ternura; de color pálido.
Pero ese día; no eran rosados,
ese día el fucsia los besó.
Quise robarte un beso
por impulso, por necesidad.
Mi alma quiso sentir
el tinte de tus labios en mí.
Y mi intento fue fallido,
pero me quedo con ese centímetro;
ese espacio en que tus labios
y mis labios, no se dieron la despedida.
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
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