Llegaste como una lluvia en verano;
cuando nadie la espera, y sorprende.
Como esa lluvia que refresca la tierra,
esa lluvia que calma la sed de las flores.
Mi vida era como esas plantas;
secas, con sed y sin esperanzas.
Era un ciclo sin lluvia, sin abundancia
hasta que te vi pasear frente a mí.
Viniste a mi vida como esa lluvia;
justo en los días que mi vida era tranquila.
Cuando era días sin pena, días sin gloria.
Donde vivir y no vivir eran casi similares.
Sin un 'hola', sin algún saludo
paseaste despacio por mi mundo;
y en el castillo del mutismo
despertaste la bulla, el relajo en mí.
Y una mañana, como las tantas de verano;
te fuiste, te marchaste tal como viniste.
Sin decir 'adiós. Sin despedirte.
Fuiste esa lluvia de paso en el mes de marzo.
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
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