Te sigo buscando;
te sigo esperando.
No sé si te fuiste;
no sé si viniste.
Tal vez ya estuviste
o no lo estuviste.
Tal vez fuiste un relámpago,
un destello;
o sólo fuiste una onda de melodía
que surge de la nada
y entona mi alma.
O sólo sos la sombra
de una imaginación.
Te pienso, te imagino,
te anhelo, te sueño.
Sigue esa puerta,
que nunca se abrió,
que nunca se cerró.
Sin llave, ni pasador.
Vagas por el vacío de mi mente,
por la nada de mi razón.
Te paseas en mis miradas perdidas,
te apareces en mi parpadear.
Alucino tu cuerpo junto a mi cama,
cuidas mi sueño, cuidas mi reposo.
Abrazas mi alma herida,
consuelas mi llanto en la caída.
Desapareces cuando río sin pensarte,
cuando vivo feliz sin recordarte.
El cielo se pinta de gris,
y la llovizna me trae al fantasma,
quien se esconde en mi melancolía.
"Quiero contarte, lector, la vida de un peregrino de experiencia, de buen tino, de carácter y de honor; el cual supo del dolor en el correr de los años; de perfidias y de engaños y mentidas alabanzas; vio morir sus esperanzas y cosechó desengaños..." Humberto Porta Mencos
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario