Tú, niña que guardo en mis ojos,
infante que vi última vez.
Niña que llevé en mi corazón,
chiquilla permaneció en el mutismo.
Tú, señorita que hoy encuentro;
jovencita que te hiciste.
No te vi crecer, fue una pausa,
una suspensión del tiempo.
Creciste en la usencia,
y recordándote no te marchabas.
Aunque mis ojos no te veían sonreír
en mi mente vagas,
con el semblante de niña.
Tú, niña, que nunca creciste en mí;
que te conservas intacta en mí ser,
jamás te dejé ir, ni en ese espacio de ausencia;
en ese lapso de desconocimiento de ti.
Tú, mujer que veo; que me deleita.
Mujer que enloquece mis sentidos,
que domina mis suspiros.
Tú, mujer, que lee mis miradas y me descubre[...]
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